Cómo nos ven nuestros clientes
Toda persona que esté de cara al público refleja en los demás, en especial en los clientes, la imagen que tiene de sí mismo. Si un comercial tiene una imagen derrotista, pesimista, el cliente se dará cuenta rápidamente e inconscientemente, lo despachará lo antes posible. El motivo es debido a que a nadie le gusta conversar y, mucho menos perder el tiempo, con personas que tengan un perfil negativo. Todos queremos escuchar a un optimista, a una persona positiva, creativa, que nos de alternativas de solución e ideas nuevas. ¿Dónde nace la inseguridad que puede mostrar el comercial? Estos temores que juegan malas pasadas a los comerciales son, en gran medida, creados por él mismo. Viven dentro de nosotros como consecuencia de la forma en que fuimos educados; han sido adquiridos, moldeados y reforzados por nuestra persona sin resistencia alguna, porque nos son cómodos para justificar nuestra situación. Las causas más comunes del fracaso en ventas y en cualquier otra profesión son: la falta de confianza en sí mismo, el temor al riesgo, temor a cometer errores y temor al rechazo. ¿De qué manera podemos contrarrestar estos temores y evitar el fracaso en ventas? Sólo lo podemos lograr, actuando sobre lo que está dentro de nuestro círculo de influencia y que, por lo tanto, podemos controlar directamente: · Adquirir confianza en uno mismo conociendo, concretamente, cuál es la misión o propósito de nuestra labor comercial. Hay que familiarizarse con los elementos esenciales de nuestra labor de ventas. Hay que adquirir las habilidades técnicas y sociales que se requieren para una gestión profesional. · Debemos asumir riesgos de forma calculada y aceptar que toda decisión o acción humana implica una probabilidad de que algo pueda salir mal. Debemos minimizar los riesgos evaluando el problema y tomando nota de los hechos. Trazar estrategias de actuación considerando los pros y contras de cada una. · Aceptar la propia naturaleza de los nuevos retos. Un error típico es imponernos desafíos cuando intentamos cosas nuevas. Lo peligroso no es equivocarse. No creceremos profesionalmente si no intentamos conseguir mejores resultados. Lo verdaderamente importante es tener voluntad y capacidad para corregir nuestros errores y no volverlos a cometer. · Debemos mostrar seguridad y no temer al rechazo. A los problemas hay que enfrentarse de cara, de esta manera siempre quedaremos mejor con los clientes. Debemos ser resolutivos y ganaremos el respeto de los demás. Y, para terminar, dejaros una frase que me quedó grabada de un Director Comercial cuando empezaba en el mundo de las ventas, “Por muy satisfecho que estés hoy de tus ventas, convéncete, siempre hay alguna manera de hacer mejor las cosas…”. En ese momento, esperando de mi jefe una palmadita en la espalda antes que un jarro de agua fría, me vine abajo, pero me sirvió para tenerla en cuenta el resto de mi vida y ayudarme a crecer profesionalmente.
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