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Socialmedializándome 2.0

LinkedIn, los amigos de mis amigos, son mis amigos...

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(Publicado en el Blog del Máster #CMUA de la Universidad de Alicante el  27 de julio de 2012, todo un Honor para mí )

enlace: http://bit.ly/MOghkk

Si algo me llamó la atención cuando hace tres años empecé en LinkedIn, fue la facilidad que tiene el usuario para crear su propia red de contactos en los sectores profesionales que le interesan.

Los motivos para iniciarse en LinkedIn suelen ser de diversa índole. El más habitual, en alguien que empieza sin tener ninguna o poca experiencia en redes sociales, suele ser contactar con profesionales de un sector de su interés por estar relacionado con su formación y experiencia para conseguir un empleo o mejorar su posición actual.

Un error muy común en LinkedIn es la pasividad, cumplimentar el perfil con su experiencia profesional, además de su formación, y esperar a que alguien vea tu perfil y se pongan en contacto para un posible empleo. Tomar la iniciativa y dar un primer paso es el principio del éxito en esta Red Social.

Precisamente LinkedIn ofrece la posibilidad de unirse a Grupos en los que se debaten temas de interés común, donde se puede (y se debe) participar aportando nuevos temas o contestando a los temas y debates que otros usuarios proponen. Evidentemente, cuanto más participativo sea el usuario, mayor oportunidad de que se le vea y alguien se interese por su perfil.

Otro error suele ser “coleccionar” contactos y no volver a tener ningún tipo de relación con ellos hasta que se necesiten. Este tipo de cartera de contactos no tiene ninguna calidad aunque en ella se encuentren posibles objetivos a los que abordar en un momento dado.

Si no hay relación, aunque sólo sea una mínima relación a través de los grupos en los que se participa, difícilmente ese contacto se molestará en echar un cable a quien no conoce.

Es preferible una pequeña cartera de contactos muy activa, que una gran cartera de contactos con la que no se interactúa.

De vez en cuando llega alguna solicitud de alguien con el que nunca se ha tenido relación profesional y nos pide una recomendación. Otro error. Es totalmente desaconsejable recomendar o solicitar una recomendación a alguien que no conocemos.

Las recomendaciones deben llegar de alguien con el que se ha colaborado o alguien que conoce sobradamente nuestra reputación profesional. Las recomendaciones no deben forzarse, tienen que ser espontáneas y sinceras.

Es habitual que surjan sinergias entre contactos y éstas acaben en una colaboración esporádica o proyectos interesantes. Las oportunidades no llegarán solas, la pasividad no lo facilita, todo lo contrario. Hay que buscarlas.

Un perfil bien informado y actualizado, además de una buena actividad en Grupos, son una herramienta muy potente que debemos saber aprovechar.

LinkedIn es un gran escaparate profesional que vale la pena tener en cuenta y mimar en detalles.

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